La columna nazarí de la Alcaicería
Comenzamos el último mes del año y cerramos el programa 2013 de la pieza del mes con las conferencias del Dr. Francisco Javier Serrano sobre la columna nazarí de la Alcaicería de Granada. Entre los elementos más significativos de la medina nazarí granadína está la Alcaicería, cuya actividad de mercado de las sedas se había mantenido hasta bien entrado el siglo XIX, momento en el que alterna dicha actividad con otras actividades mercantiles, cuyos ecos se pueden rastrear aún en el nombre de sus calles; sederos, pañeros, curtidores, zapateros… La Alcaicería del siglo XIX ya poco tenía que ver con la de Lalaig o Andrea Navagero, no obstante, su morfología no debía de diferir notablemente de la hispanomusulmana. Su perímetro se cerraba por una serie de puertas, que delimitaban el espacio. Exteriormente estaba conformado por casas y tiendas, cabalgadas unas encimas de otras a modo de cerca. El título de Real Sitio y Fuerte de la Alcaicería hacía mención precisamente a su vinculación con la Corona, que percibía las rentas devengadas de las actividades allí realizadas y las hacía depender de la alcaidía de la Real Alhambra. El 20 de julio de 1843, el recinto de la Alcaicería sufrió un devastador incendio que destruyó buena parte de las tiendas que albergaba. Este hecho marcaría un antes y un después en la vida de un lugar que ya nunca pudo recuperar la actividad anterior a este suceso pese a los empeños por acelerar la reconstrucción del recinto y sus tiendas con una estética marcadamente neonazarí, primera manifestación del fenómeno alhambrista en la ciudad de Granada. El estudio de la columna procedente de este lugar conservada en el Museo de la Alhambra está en relación con otros ejemplares de la misma época. Esta pieza nos permite introducirnos en la vida de la Alcaicería medieval, entender su funcionamiento dentro de la ciudad, conocer la extraordinaria calidad de sus tejidos mediante los fondos del museo, y por último, nos sirve de vehículo para adentrarnos en los sucesos de 1843, que devinieron en un renovador tratamiento estético en su epidermis que se rehace en base a los innovadores criterios del fenómeno alhambrista que se estaba gestando en torno a los palacios de la Alhambra a partir de sus repertorios ornamentales.