El Generalife anochece
¿Sabías que ya han comenzado las visitas nocturnas por los Jardines y el Palacio del Generalife? La primavera ya está aquí? Nada más adentrarnos en los Jardines Nuevos, y dejar atrás el Teatro del Generalife donde, entre otras actividades, se celebra el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, divisamos unas panorámicas privilegiadas. Somos testigos de un acontecimiento único, mágico: ¡El Generalife anochece! Después, caminamos un poco más mientras seguimos el murmullo del agua que encuentra su mejor escenario en el Patio de la Acequia, un patio de crucero con parterres ajardinados a los lados y presidido por un canal longitudinal por el que transcurre la Acequia Real, y con surtidores cruzados que vierten agua, un agua que habla, que te habla? La noche nos atrapa dentro de este Palacio que está vivo y que huele a tierra mojada, a limón de la hierba luisa y a otras plantas aromáticas.
El Patio de la Acequia nazarí estaba cerrado al paisaje, al que solo podía asomarse desde el pequeño pabellón mirador situado en el eje. En este pabellón, las ventanas tienen el alféizar muy bajo para poder divisar el panorama sentado en el suelo, como era costumbre en la cultura islámica de aquel momento. Desde el corredor-mirador de su muro oeste puedes presenciar unas vistas a la Alhambra que son únicas.
Ahora entendemos por qué este palacio era el lugar donde los sultanes nazaríes se retiraban a descansar. El Generalife, construido por Muhammad II a finales del siglo XIII, está rodeado de huertas en las que se sigue cultivando con métodos agrícolas tradicionales que se han transmitido de generación en generación. Antes de que anochezca, puedes ver cómo la primavera se ha instalado ya en los Jardines y Huertas del Generalife.
La experiencia deja huella, cuando vuelves a casa, además de coger el sueño placenteramente, recordando el murmullo del agua, te quedas con tan buen sabor de boca, que te apetece volver. Si nunca has disfrutado de este paseo, te lo recomendamos. Todavía hace un poco de frío, así que no olvides venir un poco abrigado si no quieres coger un resfriado. Más que una visita, es un regalo para los sentidos.