¿Sabías que se cumplen 90 años de la llegada de Leopoldo Torres Balbás como arquitecto conservador de la Alhambra?…
Han pasado casi 90 años, y su recuerdo sigue vivo en la Alhambra. Fue un 14 de abril de 1923 cuando Leopoldo Torres Balbás llega a Granada para hacerse cargo de la conservación de la Alhambra, un cargo que ocuparía hasta 1936. Precursor de la restauración científica, a él le debemos en gran medida la Alhambra que hoy conocemos. Durante los más de 13 años que estuvo al frente del Monumento, hasta 1936, realizó numerosas intervenciones como la efectuada en el Palacio de los Leones, el Mexuar, el Patio de los Leones o el de la Alberca, y la reestructuración de El Partal, entre otros muchos importantes trabajos.
De su paso por la Alhambra ha dejado, probablemente, las páginas más hermosas y valiosas que sobre ella se han escrito, hoy indispensables manuales de formación y consulta. Nadie como Torres Balbás ha salido articular sobre ella un discurso politécnico y científico, integral e integrador, probablemente porque es uno de los más genuinos representantes de lo que ya se considera una nueva edad de oro de la cultura española en torno al primer tercio del siglo XX, una generación surgida de las cenizas del 98.
Se definía a sí mismo como un hombre modesto que presumía de defender siempre la verdad. En su diario personal dejó escritas varias reflexiones. Nos quedamos con esta: "Deseo de hondura, de profundidad para todo. Esa ha sido mi vida: un intento de dejar huella lo más permanentemente posible en mi hijo, sobre todo, en discípulos y amigos, en los viejos edificios que he tenido a mi cargo, en la arqueología española. Hablo del propósito simplemente, no de lo logrado que esto bien sé que es muy poco”.
Hasta el 9 de junio, en la Capilla y Cripta del Palacio de Carlos V se puede visitar la exposición Leopoldo Torres Balbás y la restauración científica.