NOMBRE DE LA PROTAGONISTA: Nati Morales
PALABRAS CLAVE: bailarina, danza española, Cuarteto Iberia, Ángel Barrios, Fiestas del Corpus, Palacio de Carlos V
CRONOLOGIA APROXIMADA: segundo tercio del siglo XX

RESEÑA BIOGRÁFICA

La bailarina Natividad García Lomar (o Gil Lomas, según la fuente), conocida artísticamente como Nati Morales, estudió danza con el maestro Leopoldo Miret. Es muy poca la información que conocemos sobre ella, pues apenas se la menciona en libros especializados sobre cantantes y bailarinas españolas durante la primera mitad del siglo XX. Al realizar una búsqueda en la prensa histórica podemos hallar algunos datos más que nos ayudan a completar la semblanza de esta genial artista que llegó a realizar giras por varios continentes.

Comenzó su carrera en cabarés y espectáculos de variedades en Madrid, compartiendo escenario con artistas como Encarnita Daza, Julita Oliver, Conchita López, Maruja de Aragón o las hermanas Cortesina. A medida que ganaba fama y cosechaba mejores críticas, su nombre protagonizaba los carteles publicitarios de los espectáculos nocturnos a principios de la década de 1930. Estos orígenes artísticos suelen obviarse en las reseñas sobre su figura que proporcionaba la prensa posterior. Su carrera dio un giro importante cuando empezó a colaborar con el Cuarteto Iberia, liderado por Ángel Barrios, actuando conjuntamente en teatros madrileños.

Después de trabajar con Ángel Barrios, conoció al guitarrista Ángel Ferrera Iglesias en 1938, con quien logró un gran éxito en giras por Europa, Australia y América Central, interpretando en su repertorio obras de Albéniz, Turina, Falla y Granados. Tras la II Guerra Mundial, regresaron a España, pero debido a la situación política y la falta de oportunidades, decidieron retomar su gira europea. Tuvieron un hijo en 1947, lo que alejó a Nati Morales de los escenarios por un tiempo. Tras volver de nuevo a España y casarse, ella decidió abrir una academia de baile en Madrid, mientras que Ángel Ferrera continuó con su carrera artística. La pareja se separó a mediados de la década de 1950.

RELACIÓN CON LA ALHAMBRA

El Centro Artístico, Literario y Científico de Granada organizó una serie de eventos en 1933, en conmemoración del XXV aniversario de su fundación. Se había previsto un enorme despliegue de actividades, como bailes, espectáculos musicales, una exposición, banquetes y la edición de un libro sobre la historia de dicho centro. Nati Morales actuó en el espectáculo poético, musical y de danza que se realizó el 15 de marzo en el Coliseo Olympia, junto con el Cuarteto Iberia (José Recuerda a la bandurria, Agustín Aguilar al laúd, y Ángel Barrios y Francisco Ruiz con las guitarras), y José Gómez Sánchez-Reina, quien realizó una introducción lírica.

En las fiestas del Corpus de aquel año, se programó otro acto como culminación del ciclo conmemorativo del Centro Artístico en el Palacio de Carlos V. La propia elección del sitio pone de manifiesto la categoría del espectáculo que se pretendía realizar, pues la música y la danza española iban a tener como escenario un lugar privilegiado en el conjunto monumental de la Alhambra, reservado para actos tan solemnes como los famosos conciertos sinfónicos que se organizaban regularmente en el Corpus. Para esta actuación, el Centro Artístico quiso contar de nuevo con el Cuarteto Iberia y con Nati Morales.

La correspondencia iniciada en mayo entre el Centro Artístico y Nati Morales durante los preparativos del evento, evidencia cierta tensión por no llegar a un acuerdo satisfactorio en cuanto al dinero que debía cobrar la bailarina. Esta tenía que enviar una propuesta, cuyo importe sería entregado al finalizar el espectáculo, además de las 500 pesetas que se le ofrecían de antemano para cubrir los gastos del viaje y estancia. No obstante, para que su actuación no disparara el presupuesto, en la carta se alude a los gastos que ocasionaba una función de esas características, presumiblemente con el objetivo de que la bailarina lo tuviera en cuenta al comunicar su caché.

La artista emitió su respuesta en otra carta, aceptando participar en el acto. En cuanto a su remuneración, ella no se encargaba de negociar ese aspecto, eso correspondía a su representante, su cuñado Manuel Morales. Era habitual que los familiares de las artistas desempeñaran un papel muy importante en sus carreras (como representantes, asistentes, etc.).

Sin embargo, fue en las negociaciones con el cuñado cuando surgieron las discrepancias económicas, llegando a peligrar el espectáculo. El Centro solo podía ofrecer una cantidad fija de 1000 pesetas, de las cuales se le enviarían 300 antes de realizar el viaje y el resto, hasta completar las 1000, después de la actuación. Mientras que el cuñado no bajaba de las 1300 pesetas. Finalmente, y según consta en el contrato formalizado con la bailarina (aunque lo firmase su representante), se pagaron las 1300 pesetas solicitadas, sin que aparezcan otros importes ni anticipos en el contrato.

Quizá esto acarreó algunos inconvenientes, como la posible merma en el pago que pudo percibir Ángel Barrios para el mismo espectáculo. Unas 400 pesetas era lo que el Centro podía ofrecerle, según se desprende del borrador de una carta fechada el 29 de mayo de 1933. No obstante, esto también podría implicar otra lectura, y es que Nati Morales tuviera mayor caché dada la fama y popularidad que llegó a alcanzar y que la prensa de la época ponía de relieve. Sin embargo, no ha sido posible constatar tales extremos al no hallarse el contrato realizado a Ángel Barrios o al Cuarteto Iberia. En cualquier caso, también hay que tener en cuenta la confianza que existía con Ángel Barrios y su predisposición hacia todo lo relacionado con las iniciativas culturales en Granada.

El Festival de Arte tuvo lugar el 15 de junio a las diez y media de la noche. El acto estuvo dirigido por Ángel Barrios y contó con una introducción poética a cargo de González Marín, quien recitó versos de Juan González Olmedilla, Fernando Villalón, Salvador Rueda, José Ojeda, Manuel de Góngora y Manuel Machado. Este último había sido la primera opción, pero no pudo acudir, aunque envió unas cuartillas para la presentación del acto que leyó González Marín. Se sucedieron las actuaciones de Nati Morales y el Cuarteto Iberia, del cual solo repitió José Recuerda a la bandurria (además de Ángel Barrios), ya que se habían incorporado al grupo Manuel López al laúd y Antonio Velázquez a la guitarra. Tocaron piezas de compositores como Albéniz, Granados, Chueca, Falla y del propio Barrios. Sin olvidar la actuación estelar del cantaor “Niño de Marchena”, acompañado por Barrios a la guitarra, interpretando soleares y fandangos. Un espectáculo al estilo del celebrado unos meses antes, donde la música, la danza y la poesía se daban la mano, a la vez que se acentuaba ese carácter popular con la recomendación a las mujeres para que asistieran provistas con el clásico mantón y atuendos flamencos.

Sin embargo, parece que este fue el último espectáculo realizado conjuntamente por el Cuarteto Iberia y Nati Morales. La ruptura podría haber sido fruto de las fricciones surgidas durante la contratación de la bailarina, aunque no se puede aseverar con rotundidad. Lo cierto es que el Cuarteto Iberia buscó una sustituta, y la elegida fue la bailarina Lenchu, quien también actuó en el Corpus de 1935 en una fiesta andaluza organizada por el Centro Artístico en los jardines del Carmen de los Mártires.

REFLEXIÓN CRÍTICA

Nati Morales fue una bailarina de danza española reconocida en el ámbito artístico durante las décadas centrales del siglo XX. Sus coreografías y su gracia en el baile gozaron de gran popularidad, incluso en los espectáculos conjuntos que realizó con el Cuarteto Iberia, captando la atención de la crítica especializada. Su éxito también se reflejó a nivel económico, como se evidenció en el espectáculo que tuvo lugar en el Palacio de Carlos V, pero especialmente en las giras que emprendió por Europa, las cuales llevó a cabo con enorme profesionalidad a pesar de los avatares históricos. Sin embargo, es probable que el abandono de su carrera estuviera motivado por la crianza de su hijo, ya que las largas giras por el extranjero dificultaban la conciliación familiar, ante una tarea considerada eminentemente femenina. Esta dificultad de conciliar maternidad y vida familiar fue uno de los grandes obstáculos que impidieron a muchas mujeres seguir proyectando su carrera profesional.

RECURSO DIDÁCTICO

Era habitual que las bailarinas y cantantes enviaran críticas periodísticas y fotografías para promocionarse. Así lo hizo Nati Morales con motivo de sus actuaciones en Granada, tal como se muestra en el documento que ilustra este apartado.

A modo de reflexión, y tras la lectura de la crítica, analiza las siguientes preguntas: ¿Cómo eran las críticas que recibía? ¿Qué aspectos se destacaban más? ¿Crees que el tono utilizado era el mismo que se empleaba para otras mujeres artistas, como pintoras o escritoras?