La relevancia de la mujer en la sociedad hispanomusulmana

La mujer, en época hispanomusulmana, vivió en general con un sometimiento al varón que marcaba su destino. La variedad de situaciones es muy compleja, pero a través de su estudio se puede concluir que la mujer musulmana supo sacar la parte más positiva ante situaciones adversas y aunque aceptó e integró este hecho en su universo cotidiano, mantuvo una autonomía y un mundo singular vedado al hombre. La mujer se manifiesta con un lenguaje propio, en lugares propios y con un poder que aumentaba cuando se convertía en madre de varón y en suegra. Por ejemplo, la casa, la estructura física de ésta, no puede concebirse sin tener en cuenta a las mujeres, de modo que la presencia femenina impregna todo el espacio desde su concepción teórica. La relevancia de las mujeres en la familia, su papel como garantes de la honra del grupo familiar y como continuadora de la descendencia del linaje, las convertía en valor seguro que había que custodiar, ocultar y preservar. En el caso de las mujeres sabias, las llamadas santas, literatas o copistas son reflejo de un papel diferente desempeñado por ellas en la vida pública. Participan también en el campo de la política, en la cultura, con un pensamiento abierto y actuando de manera valiente a la hora de enfrentar la verdad y su negativa ante su sometimiento a la injusticia. La mujer tiene poder de decisión en gran parte de los casos, como el de ser la maestra de sus hijos, puede solicitar el divorcio, es dueña de los enseres de la casa que le son propios y que el hombre no puede coger etc? Con la edad, la mujer adquiere mayores prerrogativas y poder, no sólo en el marco doméstico, sino también ante las decisiones que afectan a toda la estructura familiar, como podía ser la elección de la futura nuera. Dentro de los palacios y casas nobles, existian espacios separados del ámbito público y especialmente preparado para ellas que significa lo sagrado o las algorfas, pequeñas habitáculos con techos bajos, con escasez de vanos y decoración. Lourdes Ruiz