La Alhambra protege y consolida los restos arqueológicos del Silo-Mazmorra Grande de la zona del Secano
La Alhambra ha recuperado y consolidado los restos arqueológicos del Silo-Mazmorra Grande del Secano, situado en medio de una amplia zona que se extiende desde la torre del Agua hasta el lugar donde estuvo emplazado el palacio de Abencerrajes. Es la de mayor tamaño del Conjunto Monumental, con una profundidad de 8 metros de altura y una galería de unos 20 metros de longitud. La intervención, realizada durante el primer trimestre del año por los Servicios de Conservación y Restauración y el de Bosques Jardines y Huertas del Patronato de la Alhambra y Generalife, se ha centrado en proteger las estructuras existentes en un área de 280m2.
El director del Patronato de la Alhambra y Generalife, Reynaldo Fernández Manzano, acompañado por la jefa del Servicio de Jardines, Bosques y Huertas Medievales, Catuxa Novo, y por el conservador arqueólogo, Jesús Bermúdez, ha visitado el silo-mazmorra del Secano junto a los autores del proyecto, los arquitectos Virginie Claude Brazille y Luis José García Pulido. “La Alhambra sigue desvelando nuevas sorpresas, como este silo-mazmorra. Queríamos explicar a los visitantes algunas de sus curiosidades y peculiaridades y con estos trabajos ahora será posible”, ha explicado el responsable del Conjunto Monumental.
Los trabajos han consistido en proteger los restos arqueológicos de la zona y mejorar la topografía del terreno, para evitar así la acumulación de aguas fluviales. También, se ha consolidado el firme y se ha dibujado la silueta del silo para entenderlo mejor e interpretarlo.
En la actualidad, el Silo Grande del Secano se encuentra protegido por un brocal circular de ladrillo. La boca da acceso a una oquedad de grandes dimensiones. Su forma básica en planta es la de una circunferencia de 11 metros de diámetro y en su interior se ha conservado un murete realizado con piedra seca sobre el que se cimenta la escalera de bajada al silo.
El programa Intervención arqueológica en el Conjunto Monumental de la Alhambra-Generalife (Programa Arqueológico 2001) sacó a la luz este silo. La última fase fue acometida por el Servicio de Conservación de la Alhambra en 2003 y consistió en terminar de limpiar la galería de la mazmorra, culminando así la actuación que había sido iniciada una década antes, en la que se excavó con metodología arqueológica en toda esta gran oquedad.
Las mazmorras son elementos muy frecuentes en la Alhambra. Hasta el momento, se han contabilizado en el interior del recinto monumental una veintena de ellas. En el interior de la Alcazaba se encuentran media docena, dos situadas bajo las torres del Homenaje y de la Vela. Junto a la base de la torre Quebrada se encuentra la más interesante de las conservadas, por su estructura y por los restos conservados.
Excavadas bajo el suelo, estas galerías servían para encerrar a los cautivos, a los que se descolgaba con cuerdas por el hueco central. En general, tenían forma de cuello de botella y la mayoría de las que se han encontrado en la fortaleza nazarí conservan en su interior pequeños espacios radiales, separados por ladrillos, que servían a los cautivos para recostarse como camastros independientes. El espacio central, a cielo abierto, solía tener desagüe y se marcaba en el suelo. También, estos espacios subterráneos tuvieron otra utilidad y fueron usados como silos, almacenes o contenedores para multitud de objetos, granos, especias, etc.
La zona en la que está ubicado este silo, el Secano, recibe esta denominación como consecuencia del desmantelamiento de la misma durante la invasión napoleónica, que la convirtió durante mucho tiempo en un erial. A lo largo del siglo XX se ha ido rehabilitando esta zona mediante la excavación y consolidación de diversos restos arquitectónicos y la creación de jardines y un paseo para acceder al mismo.
Actualmente, el Conjunto Monumental ha suscrito un convenio de colaboración con la Universidad de Granada junto a tres universidades británicas para realizar diversas investigaciones, excavaciones y prospecciones en las zonas industriales de la Alhambra, como el Secano. En esta zona se alojaban diversos talleres y hornos, donde los productores nazaríes producían distintas artesanías, incluyendo las lozas vidriadas combinadas con elementos de piedra labrada, madera y metal que sirvieron de decoración en los Palacios Nazaríes.