La gorronera de la Casa del Chapiz

Al final del Paseo de los Tristes, con vistas a la Alhambra y al Albaicín, se encuentra la Casa del Chapiz, un conjunto de dos casas de época morisca que pertenecieron a dos familiares: Lorenzo el Chápiz y Hernán López el Ferí, granadinos convertidos al cristianismo. De este lugar proviene una pieza que se puede contemplar hoy en el Museo de la Alhambra, una espectacular gorronera nazarí del siglo XIV realizada en mármol blanco. La gorronera es un elemento en el cual encaja el gorrón, o eje superior, de una puerta y permite tanto aportarle estabilidad como permitir el giro, haciendo que la puerta pueda abrir y cerrar sus hojas al exterior con facilidad. Aunque es un elemento habitual de la arquitectura nazarí, son escasos los ejemplos conservados en piedra, siendo esta pieza de la Casa del Chapiz uno de ellos. Estructuralmente esta pieza consta de dos partes: un cuerpo cúbico, que sería la parte visible, y un elemento saliente que originalmente se encontraba insertado en el muro y que carece de decoración. En la parte inferior tiene un orificio circular en el que se insertaba el gozne, reforzado por una plancha de hierro que protegía la piedra del roce y facilitiba el movimiento. En la parte superior tiene un cimacio compuesto de toro, escocia y banda lisa. Esta gorronera destaca por la decoración tallada presente en tres de sus caras verticales con una serie de mocárabes volados, una solución decorativa habitual en capiteles contemporáneas a esta pieza. En los espacios resultantes entre uno y otro se ha desarrollado una decoración vegetal formada por palmas de dos hojas, palmas gallonadas, espigas y pequeños frutos. Presente también ornamentación epigráfica, con las palabras bendición y felicidad escritas en cúfico.
La cara inferior horizontal que mira al suelo, en la que se encuentra el hueco para el eje de giro, también se encuentra decorada, con una abigarrada trama vegetal compuesta por palmas, pimientos y piñas. Es igualmente destacable la ornamentación del cimacio superior, en el que se repite el lema de la dinastía nazarí (No hay vencedor sino Dios) escrito en cursiva. Aunque hoy el mármol ha perdido su color, originalmente la gorronera se encontraba policromada, quedando algunos restos de pigmento en azul.