Salas

La Exposición Permanente del Museo de la Alhambra se encuentra en el piso bajo del Palacio de Carlos V con entrada por su zaguán principal.
Presenta 7 salas que de forma cronológica muestra un desarrollo de la cultura hispanomusulmana, desde el s. VII, con las conquista musulmana de la Península, hasta el final del periodo nazarí en 1492

Historia del Museo

A mediados del s. XIX, la Colección empieza a tener un aspecto de “Museo” catalogado y reunido en diferentes sectores de la Alhambra. Hacia 1870 se conoce el nombramiento de una Comisión para realizar una clasificación de los fondos encargada al Sr. Contreras del “Museo de Antigüedades de la Alhambra”.
En 1905, 1913-4, 1916 se están realizando Decretos y se crea una Comisión especial a la que se le encarga la creación del “Museo de Arte Árabe” confirmados y apoyados por los Srs. Gómez-Moreno, Gómez-Tortosa, Mariano Contreras Manuel Zabala etc, mientras el Conde de Romanones en 1913, intenta potenciar la terminación del palacio de Carlos V, para instalar el “Museo de Arte Islámico Español”.
D. Manuel Gómez-Moreno en 1942, propone el Museo para su inclusión en las Colecciones Estatales como Museo Arqueológico de la Alhambra. En 1962 se incorpora al Museo en el Grupo de Museos Nacionales con el nombre de Museo Nacional de Arte Hispanomusulmán. En 1994 el museo vuelve a cambiar su nombre como Museo de la Alhambra y unido al Patronato de la Alhambra y Generalife. En 1995 inaugura la nueva sede de la Exposición Permanente en el nuevo espacio restaurado del piso bajo del Palacio de Carlos V.

Introducción Histórica

El ambiente de deterioro que vivía el reino visigodo con crisis y luchas internas por conseguir el poder, facilitó una rápida y fácil conquista musulmana de la Península Ibérica. En estas circunstancias, Musa Nusayr envía a su lugarteniente Tarif a una campaña de ocupación en julio del 710 J.C. y en sólo cuatro años conquista casi la totalidad de la Península.
La situación primera de dependencia con el estado omeya de Damasco, cambió en el 756 con Abd al-Rahman I, proclamándose emir independiente de al-Andalus y unificando el territorio conquistado bajo la bandera blanca de los omeyas. En el 920 Abd al-Rahman III, adoptó el título de califa y de príncipe de los creyentes, convirtiendo a Córdoba en una de las grandes ciudades de la época como una enorme influencia cultural.

Sala I

LA CIENCIA, LA FE Y LA ECONOMÍA
En este espacio se presentan tres aspectos de la cultura hispanomusulmana importantes que se mantendrán a lo largo de los siglos. La ciencia, se representa con un reloj de sol, en la que se muestran las indicaciones de las horas del día, entre las que se destacan las de oración; los signos zodiacales; los arcos de los solsticios de invierno y verano y las dos líneas de la sombra proyectada por el sol en los equinoccios.

En segundo lugar, se presentan dos coranes representativos de la palabra Sagrada, escrita con decoración de palmetas en los bordes.
Por último, la economía se representa por una selección de monedas de cada periodo hispanomusulmán desde el 712 hasta el periodo nazarí.

 

Sala II

PERIODO EMIRAL Y CALIFAL
En esta sala se muestra una selección de objetos de la importancia artística que tuvo este periodo, con uso arquitectónico, decorativo y evolución en el refinamiento en la etiqueta y forma de vivir.

Los ejemplares de piedra tallada (placas decorativas, pila, columnas), nos presentan una alta calidad decorativa y avance técnico, con una talla profunda, además de original en su diseño y evolución decorativa, que arranca de temas clásicos hasta conseguir soluciones originales y propias del estilo califal.

Los objetos domésticos nos explican la valoración en el ajuar doméstico y etiqueta en la vida ordinaria, con exquisitos ejemplos en objetos para la iluminación, con soluciones figurativas en las asas de los candiles o pequeños y exquisitos braseros labrados en piedra, utilizados para perfumar y calentar objetos.

La vajilla manifiesta la especialización de objetos adaptados a su uso, en la cocina o en la mesa, no despreciando piezas que aunque populares muestran elementos ornamentales. La vajilla de lujo presenta soluciones decorativas cuidadas, con riquísima variedad de temas ornamentales en lo que serán los colores característicos califales, blanco, azul y manganeso.

 

Sala III

  • Sala III A

    DECORACIÓN ARQUITECTÓNICA CALIFAL
    Junto con la pila de la Dar al–Nawra en la sala II, en esta zona, la pila de época de Almanzor de ciervos y leones, nos indicará la importancia del agua, siempre presente en la cultura hispanomusulmana. Esta pieza única será valorada como obra de arte y, trasladada y reutilizada a la Granada zirí en el palacio de Badis y posteriormente a la Alcazaba de la Alhambra en época de Muhammad III en 1305.

    Sala del Museo de la Alhambra

  • Sala III B

    DEL ARTE TAIFA AL NAZARÍ
    Centra la sala un yamur, objeto de remate decorativo del alminar de la mezquita Almanzora, espacio que ahora ocupa la Iglesia de Santa Ana (Granada).

    Muchas de las piezas que en esta Sala se exponen, estuvieron destinadas a cubrir necesidades domésticas cotidianas y formaron parte de la vajilla de mesa (botellas, jarras, cuencos…) y para el almacenamiento, transporte y conservación de alimentos (tinajas, paneras…).

    La riqueza decorativa de estas cerámicas, estaría relacionada con el uso y su ubicación en el interior de la casa, presentando una riqueza técnica y variedad decorativa de gran importancia para el desarrollo posterior en estos materiales.
    También se conserva un conjunto de objetos de bronce (morteros, incensario, brasero) que dan una buena idea del ambiente doméstico en los periodos almorávide y almohade.
    Será importante la evolución de objetos de uso arquitectónico, como los arrocabes.
    Sala del Museo de la Alhambra

Sala IV

PERIODO NAZARÍ. EDIFICIOS PÚBLICOS
La ciudad nazarí de Granada (1232-1492) tenía numerosas fundaciones, edificios de propiedad del sultán y públicos que mostraban una ciudad con gran actividad intelectual y cívica, como puede ser su madraza o universidad, alhóndigas, alcaicería, mezquitas o el maristán u hospital.

De estos edificios se presentan, la lápida fundacional del Maristán que estuvo situada sobre la puerta de entrada. Es de mármol blanco, con forma de arco de herradura y su inscripción nos relata la fecha de construcción entre 1365 y 1367 bajo Muhammad V que la erigió y entregó fondos para su mantenimiento como hospital gratuito.

La riqueza y belleza del edificio queda plasmado en esta lápida y los dos surtidores en forma de leones sentados de grandes dimensiones que soltaban el agua por la boca a la gran alberca que centraba el patio del Maristán.

También se encuentra la portada de entrada de la Madraza construida en época del sultán Yusuf I en 1349 como indica la lápida fundacional.
Fruto de otro edificio en la ciudad, es las gorroneares de mármol blanco y decoración de mocárabes policromados que servían de sostén a las grandes hojas de puertas de una galería exterior de la conocida Casa del Chapiz.

 

Sala V

PERIODO NAZARÍ. LA ALHAMBRA Y OTROS PALACIOS EN LA CIUDAD
De las pocas piezas del mobiliario decorativo de la Alhambra, conservado y valorada como pieza de gran importancia hasta formar parte de los fondos del Museo, tenemos el “Jarrón de las Gacelas”. Ésta destacadísima pieza de la cerámica nazarí, muestra su proporcionada silueta, decorado en blanco, azul y dorado, con temas muy variados de epigrafía, cursiva y cúfica, delicadísimas composiciones de la decoración vegetal y las figuras que le han dado su nombre, dos parejas de gacelas.

Procedentes del palacio del Riyad (Leones), se exponen las hojas de la puerta de cierre a la Qubba Mayor (Dos Hermanas), ejemplos de la buena técnica de la carpintería nazarí, con soluciones decorativas de geometría ataujerada en sus dos lados y talla de las piezas entre el lazo con acabado policromo. De la misma estancia, está la celosía del piso alto. También como ejemplo de estos elementos arquitectónicos que completan la ornamentación palatina, se exponen los restos de solerías del Peinador de la Reina, con temas figurativos o los ejemplos de alicatado y piezas sueltas en las que se puede seguir el sistema constructivo de estos paneles.

Las puertas de alhacena del palacio de los Infantes o Cetti Merien, nos dan idea de la delicada ornamentación de taracea que cerraba y decorada por ambos lados, lo que sería parte del mobiliario nazarí, en las alhacenas donde se guardaban los enseres y ajuar de las viviendas.

 

Sala VI

PERIODO NAZARÍ. LA RAUDA, LA CERÁMICA DE LUJO
La Alhambra como ciudad palatina, disponía también de un área usada como cementerio de los sultanes llamada Rauda por situarse en los jardines tras el Palacio del Riyad. De este espacio se conservan las lápidas funerarias que sirvieron de encabezamiento y losa sepulcral epigrafíadas. Dos de ellas se identifican con los epitafios de los sultanes Muhammad II y Yusuf III.

Como parte de esta ciudad palatina que es la Alhambra y centro de reuniones religiosas, estaba la Mezquita Mayor, objeto de acontecimientos de gran importancia para la historia de los nazaríes. Ejemplos de los restos de este edificio lo tenemos en la réplica de la lámpara de Muhammad III que con dos filas de brazos donde encajaban vasos de cristal, iluminaban la sala de oración.

En el centro, la silla de tijera, posible sillón del trono, con decoración de taracea y cueros repujados en asiento y respaldo, queda como testimonio del ceremonial de la corte de los sultanes nazaríes.

En las diferentes vitrinas se presenta una selección de lo que fue la rica vajilla utilizada en el palacio, con enorme variedad de formas: safas, pequeñas para uso personal o la de gran tamaño para festejos, jarras, jarros, tapaderas para proteger los alimentos, ollita como transporte de los alimentos a la mesa…y su rica decoración en blanco, azul y dorado, característicos de la cerámica rica nazarí, con una manifestación ornamental de gran variedad de temas utilizados: figuras humanas, como el bebedor representado en una de las piezas expuestas; variedad de temas y composiciones vegetales; la epigrafía como complemento ornamental o centro de ella y la geometría como base de las composiciones o tema capital.

Sala VII

PERIODO NAZARÍ. LA DECORACIÓN Y EL AJUAR
Centra la sala la taza de la fuente del patio de Lindaraja de forma agallonada y con un poema epigráfico en su borde. También dos de los grandes Jarrones de la Alhambra, el de Antequera y el de Fortuny-Simonetti.

Esta sala nos presenta el ambiente interior de una casa o palacio, así como el ajuar delicado y rico de este periodo histórico: el acabado tallado y policromado de los muros palatinos; las cubiertas de madera; los tejidos que cubrían los muros o cerraban espacios de rica seda roja, amarilla y de oropel; así como el ajuar doméstico y complementario a estas estancias, los juguetes para los niños de riquísima variedad de formas, los juegos o la vajilla de cocina.

Esta sala suele centrar alguna de las exposiciones temporales del Museo por lo que de forma temporal muestra piezas con un carácter monográfico piezas inéditas conservadas normalmente en las almacenes.

 

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