Sobre la intervención en la puerta de las Granadas…

¿Te gustaría ser partícipe del debate planteado sobre si deben prohibirse o limitarse el uso de vehículos en zonas próximas al monumento más emblemático de Granada, la Alhambra?. Miguel Ángel Martín Céspedes, nos da razones para cuidar todo el entorno del palacio nazarí, pulmón de la ciudad granadina, a partir de la labor de restauración y obras de conservación realizadas en la puerta de las Granadas. � Puerta histórica más popular para acceder a través del bosque de la Alhambra, compuesta por tres arcos monumentales. Tiene su origen en el renacimiento español, construida durante el mandato del emperador Carlos V, cuya edificación se inicia para conmemorar la visita de Carlos I de España a Granada con motivo de su reciente boda con Isabel de Portugal. Descubre cuáles fueron los motivos por los cuales se inició en el año 2000 este proyecto de restauración en colaboración con el Patronato de la Alhambra y Generalife y el Instituto de Patrimonio Cultural de España. Signos como la negrura del aspecto superficial y la erosión grave en el arco central por el paso de vehículos de gran tonelaje, fueron determinantes para comenzar estas labores. El proyecto contemplaba la impermeabilización de la cubierta, la recuperación de los niveles originales del suelo y la adecuación del entorno inmediato. Si te interesa indagar sobre el cuidadoso trabajo desarrollado, en el artículo contenido en Cuadernos de la Alhambra, volumen 45, podrás conocer algunos de los distintos programas de estudios previos que se efectuaron. Estos comprenden un examen petrográfico por parte del Departamento de Minerología y Petrología de la Universidad de Granada, con el principal objetivo de identificar la piedra de construcción de la puerta y los daños provocados por el transcurso del tiempo. Se confirmó que la piedra con la que se edificó la entrada a la ciudad palatina era la calcarenita bioclástica, obtenida de las canteras de Santa Pudia de Escúzar (Granada), lo cual facilitó la labor de suministro para la debida restauración y reemplazo en las zonas necesarias. �

� Así mismo se llevó a cabo un levantamiento planimétrico guiado por el arquitecto técnico y topógrafo Antonio Puertas Contreras, abarcando una superficie de 2.550 m2. Un estudio histórico-artístico de la mano de la historiadora de arte Nieves Jiménez Díaz y un análisis arqueológico proporcionado por el arqueólogo José Cristóbal Carvajal López. Tras los mencionados estudios previos se inició la ejecución de las obras. Y como en toda restauración, afirma el autor, es conveniente realizar la menor intervención en la medida de lo posible, puesto como su nombre indica, se tratan de obras preventivas y de conservación, limitando en la medida de lo posible la introducción de nuevos elementos. ¿Sabías que una de las medidas necesarias fue la recuperación del volumen en sus tres dimensiones especiales ancho , alto de las arcadas y profundidad del grueso de la construcción?. ¿O que las distintas operaciones también comprendieron movimientos de tierras, la reinstalación de acequias laterales, entre otras para completar la ardua labor de restauración? Sin duda estas obras, tras la eliminación del tráfico rodado y las distintas intervenciones llevadas a cabo, han puesto de manifiesto la exigencia de mantener la pureza que rodea la ciudad palatina andalusí y concienciar al ciudadano de la necesidad de cuidar nuestros bienes más preciados. Si desea profundizar más en dicha temática puede consultar este artículo en Cuadernos de la Alhambra 45 disponible en la Biblioteca de la Alhambra o bien adquiriendo este volumen en la Tienda Librería de la Alhambra. � Sinopsis realizada por: Gonzalo De Lázaro Gonzalo (asesor técnico del Servicio de Investigación y Difusión) Alejandro Daza García (experto en arquitectura y patrimonio)