Algunas claves para entender la Alhambra

La Alhambra es el único complejo medieval palatino que ha sobrevivido en el occidente musulmán. Cada día vamos sabiendo con más certeza como eran usadas sus principales estancias y donde se encontraban en su origen, patios y palacios. Gracias a las publicaciones de los textos de Ibn al-Jatib e Ibn Zamrak, que fueron visires nazaríes, se ha ido completando la información.
El reino nazarí fue el último Estado de la España musulmana, lo que ha posibilitado la percepción de ciertos matices de la cultura de al-Ándalus, porque a pesar de que la Alhambra tiene como referencia palacios islámicos, de estos quedan solo pequeños restos arqueológicos.
Además de las observaciones anteriores, vamos a señalar algunas de las claves para entender mejor la Alhambra que es de lo que trata nuestra charla.
El emirato nazarí se dotó del “Diwan al Insa’”, especie de oficina de redacción, para correspondencia, documentos oficiales y tomar las decisiones más importantes para decorar las estancias y especialmente la epigrafía. Al frente estaba el mejor escritor del reino, que solía ser el visir o primer ministro.
Para entender el complejo arte y arquitectura de la Alhambra, resulta fundamental conocer la utilización del llamado “sistema proporcional” que es la base a la que se ajusta la creatividad plástica y estética a partir de la utilización del círculo y el cuadrado.
Los materiales más utilizados en el decoración de la Alhambra, son el yeso, que las manos de expertos artesanos hacen magia con él y lo convierten en detalles de vegetación, llamado atauriques, en geometría especialmente a través de lazos que conforman figuras poligonales y la epigrafía que convierten a los palacios en un libro, “el más bellamente encuadernado” y que además, afortunadamente nos ha facilitado datos para conocer la cronología de diversos acontecimientos y llega hasta describirnos el funcionamiento del agua en la Fuente del Qasr Riyad al Sa’id (Alcazar del Jardín Feliz), conocido por Palacio de los Leones. La observación de las bóvedas de las salas de este patio nos descubre a una combinación geométrica de prismas acoplados y colgantes llamados “mukarbas” mocárabes, y que con la luz cenital que atraviesa las celosías crea en nosotros sensación de movimientos ilusorios que consiguen asombrarnos y embellecen aún más el espacio.
Fue una Alhambra de colores, desafortunadamente tenemos que revestirla desde la imaginación, tan solo quedan pequeños restos policromados que han ido apareciendo bajo otras capas que cubrían las estancias.
La madera es otro material utilizado en la Alhambra, la visitarla, es otra oportunidad para comprobar la exquisita técnica de los carpinteros de la Madina. Contemplar la bóveda única en occidente, que está bajo la torre del Qasr al Sultán (Alcázar del Sultán), hoy Palacio de Comares, ya puede considerar plenamente satisfactoria la visita al monumento.
El agua es evidentemente otra clave imprescindible para tomar la decisión de construir esta ciudad áulica, además de convertir su paisaje en espacios ajardinados que embellecen todos los patios y espacios libres junto a fuentes y albercas. El agua en la Alhambra adquiere un carácter simbólico, “la obligación de los sultanes de proveer el agua para sus súbditos”.
Verdaderamente tenemos una Alhambra que ha sobrevivido en algunos periodos de forma milagrosa; por erróneas decisiones, despreocupación, expolios, incendios, etc. Una historia llena de vida, desde su origen hasta la actualidad. No podemos olvidar que la Alhambra fue utilizada y ocupada desde 1492; como viviendas para alquiler, como refugio de “maleantes”, como prisión, como cuartel, almacén de pólvora… También como espacio para divertirse: juegos de pelota, corridas de toros, festivales, juego de lotería y hasta el afamado Concurso de Cante Jondo.
Soy perfectamente consciente de que en estas pocas líneas no se pueden desarrollar como hubiera sido mi deseo algunas claves más, que nos ayuden a entender la Alhambra. En la Charla, si podremos ampliar algunos aspectos; muy interesante el relacionado con los materiales constructivos y la policromía. Y no debo dejar de señalar el extraordinario trabajo llevado a cabo en los Talleres que nos conservan, consolidan, restauran y nos mantienen nuestra Alhambra.
Nosotros somos Guías Voluntarios Culturales del Museo, ya con más de veinticinco años de historia. No es necesario decir que la visita al Mueso es una muy importante clave para entender mejor la Alhambra.

José González Vílchez